El Peugeot 403 del Teniente Colombo, cumple 70 años
- Comunicación de Prensa
- 7 ago
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Recordado por su gran aceptación en Francia, su fiabilidad en África y su aparición en la serie de televisión del Teniente Colombo, el modelo celebra 70 años desde su lanzamiento, destacando por su innovación y diseño.
Con líneas elegantes atribuidas a Pininfarina, el 403 fue pionero en su época. Fue el primer sedán en incorporar un motor diésel en su gama y se adelantó en el desarrollo de asientos ajustables, adaptándose a las características de cada conductor.
Disponible en diversas configuraciones como sedán, familiar, furgoneta e incluso pickup, el 403 tuvo una presencia global, fabricándose en 13 países de los cinco continentes.
El escultor francés Auguste Rodin afirmó: "Nada es tan bello como las ruinas de algo hermoso". Quizá el desvencijado 403 Cabrio que popularizó el Teniente Colombo en su serie televisiva de los años setenta sea la unidad más conocida de este modelo. Sin embargo, más allá del óxido y los desperfectos, se vislumbran las líneas limpias y las curvas suaves de un verdadero clásico.
Presentado el 20 de abril de 1955 en el Palacio del Trocadero, frente a la Torre Eiffel, el 403 fue el primer modelo de la serie "400" de la marca después de la Segunda Guerra Mundial y se produjo hasta 1966. Las primeras versiones lucían un león cromado sobre el capó, que a partir de 1959 se reubicó en el centro de la parrilla debido a nuevas normativas de seguridad.
Este modelo de gama media ganó rápidamente el favor del público francés, gracias a su diseño distinguido con el sello Pininfarina, su fiabilidad y su excepcional desempeño en carretera. Combinaba una suspensión estable y suave con un ángulo de giro que facilitaba las maniobras en ciudad.
En cuanto al confort, las características innovadoras de sus asientos fueron revolucionarias para su tiempo. Por primera vez, se ofrecían ajustes de inclinación y altura para adaptarse a distintos conductores. Además, los asientos podían convertirse en cama.
La instrumentación del 403 rivalizaba con la de los automóviles más lujosos de la época. El salpicadero incluía un amperímetro, un indicador de temperatura, el nivel de combustible, una luz de alerta para el aceite y un reloj de gran precisión.
Las motorizaciones del 403 contaban con una mecánica fiable de 1.5 litros, capaz de desarrollar 58 CV y alcanzar una velocidad máxima de 125 km/h. Además, en octubre de 1958, se convirtió en el primer sedán en ofrecer una alternativa diésel. Este motor Indenor de 1.8 litros entregaba 48 CV y alcanzaba los 105 km/h.
La versatilidad fue una de las grandes fortalezas del 403. Se comercializó en carrocerías sedán, familiar, furgoneta e incluso pickup. La versión Familiar, presentada en 1957, se considera un precursor de los SUV y monovolúmenes actuales, con capacidad para hasta nueve plazas distribuidas en tres filas. Por su parte, la pickup ganó una excelente reputación en África por su confort, facilidad de mantenimiento y capacidad de frenado, lo que abrió las puertas de este mercado a modelos posteriores como el 504 y el 505.
Precisamente, esta versatilidad hizo del 403 un referente mundial. Durante su trayectoria comercial, no solo se fabricó en Francia, sino también en Bélgica, Portugal, Irlanda, Sudáfrica, Nigeria, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Chile, Uruguay y Argentina, un "coche global" antes de que el concepto se popularizara.
La popularidad del 403 trasciende su éxito comercial para convertirse en un icono cultural. Además de ser el automóvil de Colombo, ha participado en filmes que marcaron tendencia en movimientos como la “Nouvelle Vague”. Apareció en la emblemática “Al Final de la Escapada” (1961) con Jean-Paul Belmondo, bajo la dirección de Jean-Luc Godard. En tiempos más recientes, se puede ver un 403 en “El Señor Ibrahim y las Flores del Corán” (2003), protagonizada por Omar Sharif, y en el thriller español “El Verano que vivimos” (2020), de Carlos Sedes.
Stellantis Comunicación Corporativa
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