Impresiones de Manejo: probamos el pequeño urbano Citroën Ami Tonic eléctrico

La representación local de la marca francesa introdujo al mercado local su inédito modelo, destacado como solución ideal de movilidad urbana sustentable, exitoso en las grandes ciudades del mundo.

Practicidad concentrada

Oversil comercializa en Uruguay un inédito modelo que viene revolucionando el mercado automotor. Se trata de un vehículo de pequeñas dimensiones, pensado por la marca francesa como una solución ideal para el congestionado tránsito de las grandes capitales del planeta.

Fiel a su tradición innovadora y disruptiva, Citroën vuelve a impactar con este Ami Tonic, que más allá de la aceptación que pueda lograr en Uruguay, tanto por diseño como por sus características, indudablemente llama la atención. Como demostración de esa estrategia revolucionaria de marca, la casa francesa rescata el nombre del histórico modelo que también dejó su huella en su tiempo, con atributos y tecnología inéditos para los años 60.

¿Por qué es llamativo?

El hecho de que todo el mundo se dé vuelta para mirarlo al pasar por las calles, no es casual. Con apenas 2,42 mts de largo y 1,39 de ancho, su simpático diseño está bien logrado a partir de una simetría casi perfecta entre el frontal y la parte trasera del auto. En otras palabras, visto de perfil, cuesta un poco definir cual es cual.

Para ello contribuyen sus dos puertas (únicas partes móviles exteriores del vehículo), pues la del conductor abre hacia atrás, y la del acompañante, a la inversa, es decir, del modo convencional.

Acerca de las partes móviles, podría pensarse que al menos la tapa del enchufe para la recarga de la batería, estaría en alguna parte por fuera del auto. Pues no. A pesar de la indicación en el pequeño panel de instrumentos, al modo de cualquier otro automóvil con la flecha correspondiente señalando el lateral derecho (el del acompañante), tuve que recurrir a una consulta para poder encontrarla.

¿Y dónde está? Pues se encuentra en el marco de la puerta, naturalmente oculta cuando está cerrada, y consta de un cable largo con un enchufe del tipo schuko, que se conecta directamente en cualquier tomacorriente de la casa. En el propio marco tiene un sujeta cable que permite cerrar la puerta mientras está recargando.

Otro detalle es que no tiene bloqueo automático. Es decir, se trancan individualmente utilizando una llave (diferente a la del encendido), al modo convencional de las cerraduras tradicionales.

La superficie vidriada es amplia, y ocupa una buena parte de la carrocería, incluyendo el techo, ocupado por un cristal fijo que lo abarca casi en su totalidad. Los de las puertas son del tipo batiente pero con apertura horizontal, como los del 2CV. En otras palabras, abren hacia arriba y se mantienen sujetos mediante unas pequeñas trabas.

No tiene ningún tipo de parasol, ni en el techo ni en el parabrisas.

Allí se encuentran también los espejos retrovisores externos (no tiene uno interior), que son redondos y pequeños.

En cuanto a los conjuntos ópticos, son de led y todos ellos, delanteros, traseros y de giro, con formato redondo. El rodado es de 14” y utiliza unas tazas plásticas de diseño original y exclusivo para el modelo.

Vida a bordo

Si hay algún aspecto que llama positivamente la atención, es la amplitud del espacio interior. Tanto conductor como acompañante, que tiene su asiento fijo levemente desplazado un poco más atrás, pueden ubicarse en un entorno amplio, con buena libertad de movimientos.

Quien está al volante puede ajustar su posición de manejo sólo con la regulación de su asiento, que puede moverse hacia atrás o hacia adelante (sentido longitudinal). Por tanto, el volante es totalmente fijo.

Además de las amplias bandejas de las puertas, que utilizan redes para la sujeción de los objetos, cuenta con una enorme superficie arriba del panel frontal, con divisiones, que permiten ubicar diversos artículos personales, incluyendo vasos o botellas pequeñas.

A modo de maletero, tiene un espacio delante de las piernas del acompañante, separado por una red con el lugar del conductor, donde se puede ubicar equipajes como mochilas o hasta del tamaño de un carry on (indicado con la silueta dibujada en el piso).

Ocupa un lugar preponderante dentro de la cabina el soporte para el celular, colocado al medio del panel. Claramente cualquier solución de multimedia o navegación se basa en dicho dispositivo, y por tanto, inmediatamente debajo, se encuentra la única toma USB para su conexión. Y a su lado, están todos los comandos que ofrece este Ami Tonic, a saber: los cambios de marcha, el ventilador, balizas y desempañador del parabrisas. 

Vale sumar la palanca detrás del volante para las luces de giro (que no apaga automáticamente pero sí tiene función "un toque" para hacer sobrepasos), el limpia y lava parabrisas, y el botón de la bocina en su extremo. Y punto. No tiene nada más. Ni siquiera un comando para encender las luces, pues se prenden al poner el auto en marcha, ni para efectuar cambios entre alta y baja.

Hablando de cambios de marcha, los tres botones accionan la normal con el de la letra D, la reversa con la R, y la N para cuando está detenido.

Los asientos, con sus respectivos apoyacabezas integrados, son de plástico rígido, con unas almohadillas fijas en ambas partes, bastante densas y firmes.

Tanto para el cierre de las puertas desde adentro, como para abrirlas, cuenta con tiradores de tela, inconfundibles por el color fluo intenso.

Y a nivel de instrumentos con información para el conductor, pasa por una pantalla digital ubicada detrás del volante que muestra el velocímetro y la situación energética del vehículo. Vale decir, carga de la batería y autonomía.

En marcha

Como todo vehículo eléctrico, al girar la llave de encendido emite un breve sonido que indica que está listo para comenzar a rodar. El motor de 6 kW (ocho caballos) tiene el torque instantáneo propio de este tipo de propulsores, con el que ofrece una salida ágil, gracias también al poco peso, 483 kg. 

El motor genera un suave zumbido, aunque el rodar de los neumáticos y los sonidos externos, también se perciben dentro de la cabina cuando el vehículo llega a los 45 km/h, su velocidad máxima.

Pero no hay dudas que es una notable solución de movilidad para la ciudad. Se comporta con soltura, es muy maniobrable, y sobre todo, se puede estacionar en espacios pequeños con total facilidad. En mi casa, por ejemplo, quedó ubicado en un sector del jardín.

Como aspecto muy destacable, el sistema de regeneración de energía se muestra muy eficaz. Se activa toda vez que levantamos el pie del acelerador y/o pisamos el freno y llama mucho la atención ver en el panel de instrumentos cómo es capaz de mantener en buen nivel la autonomía durante recorridos más o menos largo.

Volviendo al caso particular de mi experiencia de manejo con este Ami Tonic, desde Shangrilá al centro bajó apenas un 10% de la carga acumulada antes de salir, que en total es de 75 km. Y como adicional, tarda solamente cuatro horas en completar la capacidad total de la batería enchufado a un tomacorriente domiciliario de 220V.

Con sus 45 km/h de velocidad máxima, a priori parecía que tardaría una vida en completar ese recorrido. Sin embargo, y a pesar de que en los tramos largos de la Rambla se siente la lentitud, el tiempo total de viaje no difiere sustancialmente del que me lleva hacerlo diariamente en otro tipo de automóvil.

Cuando circula sobre calles con buen pavimento, el pequeño Ami se desliza con gran suavidad. Aunque no tanto cuando la superficie es despareja o con muchos saltos. Si bien la suspensión es del tipo seudo McPherson con brazo de tracción, las propias dimensiones hacen que sea un poco duro transitando sobre pisos irregulares.

Pero en definitiva, por simpatía, practicidad, simpleza y economía, Citroën vuelve a ofrecer otro producto innovador, capaz de facilitar la movilidad de quienes diariamente necesitan desplazarse dentro del tránsito complejo de la gran ciudad, o directamente, para las empresas o trabajadores que prestan determinados tipos de servicios.

Con apenas los mínimos componentes imprescindibles, el divertido Ami Tonic es un concentrado de practicidad ciudadana, que se ofrece en Uruguay por U$S 12.990.